El Rayo Vallecano (4-2-3-1) es un equipo imprevisible. En lo bueno y en lo malo. Si está entonado, es uno de los equipos más letales de España. Profundo como pocos, rico en matices ofensivos. Pero si no tiene su día, puede cometer errores impropios de un equipo de su categoría. Estos tres aspectos son, a mi parecer, lo más destacado del Rayo de cara a su duelo contra el Espanyol.
1. Desajustes defensivos y mal inicio de partido Cierta descoordinación en la basculación defensiva lo convierte en un equipo algo vulnerable en el eje de la defensa, tanto por avanzar demasiado la línea como por vivir con excesiva distancia entre centrales. Le cuesta algunos minutos situarse en el partido (y saber si va largo, si va abierto, etc) y eso lo suele pagar con algún gol encajado demasiado pronto (el último ejemplo, contra el Atlético de Madrid, pero este año también le ha pasado contra el Barça o el Espanyol en la primera vuelta). |
2. Espalda de laterales Las laterales son, quizás, su zona más vulnerable. Aunque Burgos es una defensa más que fiable en los duelos, rocosa en el marcaje y que utiliza muy bien el cuerpo para taponar regates de jugadoras más hábiles o rápidas, sufre posicionalmente por descompensaciones colectivas. Demasiado arriba a veces o demasiado expuesta en una presión algo blanda, cede unos valiosos metros a su espalda. En la otra banda, Anita es demasiado irregular. |
3. Talento individual y chispazos de lujo A partir de tres cuartos de campo, el Rayo sigue siendo un equipo de muchísimo talento. Natalia, Jenni y Jade son un tridente potentísimo, con gol y mucho peligro. Del trabajo de Jade arriba, yendo en profundidad y luchando entre centrales, se aprovecha una Natalia que se maneja libremente, rompiendo al espacio en diagonal o mezclando por dentro con Jenni para buscar portería, desde fuera del área o con internadas para definir 1c1. Saray, desde el doble pivote, alimenta a ambas. El extremo derecho es menos fijo y tiende más a hacer ayudas defensivas a su lateral, perdiendo poder ofensivo por allí. |