Sí. 1997. Ése es el año en el que se abrieron y cerraron las vitrinas de 'la roja' femenina con un afortunado y meritorio tercer puesto en el campeonato de Europa de Suecia y Noruega. Dos goles de las italianas Fiorini y Morace rompieron en semifinales el sueño del equipo que lideraba Ángeles Parejo, la única internacional española que puede presumir de haber marcado en una fase final de un Europeo. Marcó tres goles que valieron cuatro puntos decisivos.
Era otra época. Una época de clases en el fútbol femenino de Europa, un tiempo en el que España, habitante de la clase A, intentaba sacar pecho entre las grandes de Europa, aunque muy lejos de Noruega, Alemania, Suecia, Italia, Inglaterra, Dinamarca o Rusia, dominadoras entonces. La fase de clasificación arrancó en 1995. Un 19 de noviembre, España estrenaba grupo 4 con derrota 0-1 ante Dinamarca en Pozoblanco. Algunos meses después, el 31 de marzo de 1996, la selección goleó 5-1 a Rumanía en Castellón, en la que fue su única victoria de aquella fase. Pudo arañar un empate ante el mismo rival en Campina y dio la campanada, al estilo Motril, contra la poderosa Suecia en Visby un 12 de mayo de 1996, donde sacó un exitoso 1-1.
Con tan sólo 5 puntos y tercera de su grupo tras Suecia (16) y Dinamarca (12), España se clasificó para un playoff de repesca contra la segunda clasificada del grupo 3, Inglaterra, que llegaba al choque habiendo dejado escapar sólo 4 puntos ante la dura y líder Italia, y con un bagaje contundente de 17 goles a favor y 3 en contra. Pocos le tosían, a aquella Inglaterra.
Pero contra todo pronóstico, en septiembre de 1996, España eliminó a Inglaterra y se clasificó para la fase final del Europeo. Venció en la ida 2-1 en Montilla y resistió en la vuelta en Tranmere para sacar un empate a un gol que valía una plaza en Suecia y Noruega. Silenciosa y trabajadora, ahí estaba, la selección, entre las mejores de Europa.
La solidez defensiva y cierta dosis de suerte y carambolas hicieron el resto. Tras muchas semanas de dura preparación en el CAR de Sant Cugat, las chicas de Nacho Quereda viajaron a la Euro para plantar cara a Francia, Suecia y Rusia en el grupo A. El 29 de junio sumaron un punto ante Francia (1-1) en Karlskoga. Fue la primera piedra del bronce, porque luego las francesas quedarían eliminadas por acumular peor goal-average que España, que sólo perdió 0-1 ante Suecia, por un 3-0 de las francesas. Ante Rusia ambas ganaron (España, 0-1, gol de Parejo y Francia 1-3), pero pesó la goleada sueca al conjunto francés. Por los pelos, España pasó ronda. No a octavos. No a cuartos. Directamente a semifinales. Era otra época, definitivamente.
Los cruces reservaron un Suecia-Alemania que se llevó el conjunto germano por la mínima y un Italia-España que resolvieron las italianas 2-1. Ahí se quedó el sueño, en ese partido histórico del 9 de junio de 1997 en Lillestrøm (Noruega). En la final, que ganó Alemania a Italia (0-2), ya marcaba goles la gran Birgit Prinz, con 19 años.
Han pasado más de 15 años desde entonces. Demasiados para la historia del fútbol femenino español. Demasiado pocos para la historia personal de otras grandes, como Maider Castillo, Alicia Fuentes o Vanesa Gimbert, las privilegiadas que, aún en activo, podrían presumir de haber formado parte de las dos únicas expediciones españolas en una fase final del Europeo, si la actual selección certifica su pase en la repesca ante Escocia. Lo magnífico es que por clase, y sin carambolas, especialmente una de ellas podría volver a estar en 2013 y repetir la gesta de 1997. En fin, ése sueño...
© Jasper Juinen/Getty Images Europe